Peeling, piel renovada

Químicos o físicos, suaves, medios o progresivos, los peelings renuevan la piel del rostro.



El peeling es un procedimiento que, mediante la aplicación de uno o más agentes químicos o físicos sobre la piel, permite renovar las capas más superficiales –estrato córneo y epidermis– o más profundas –dermis. Si bien el principio de renovación celular brusca se repite en todos los peelings, algunos tienen indicaciones más específicas. La profundidad de un peeling determina la magnitud de efectos adversos como irritación o molestias. Los peelings suaves, que son muy bien tolerados, pueden ser repetidos a intervalos regulares con resultados excelentes.


Hay dos clases de peelings. Los químicos, que se realizan aplicando ácidos, y los mecánicos, que requieren la utilización de aparatología. Los ácidos que se utilizan con mayor frecuencia son el glicólico, el mandélico, el láctico, el salicílico, etc.; también se pueden aplicar algunas enzimas como la que proviene de la papaya. El micropeel, los microcristales y las puntas de diamante son los aparatos con los cuales se realizan peelings mecánicos.


Para realizar un peeling que tenga buenos resultados y no produzca efectos adversos es necesario hacer una buena evaluación profesional y seleccionar la modalidad –químico, mecánico o combinado– y el producto más adecuado para cada tipo y afección de la piel.


¿Alguna vez te hiciste un peeling?

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