La belleza en el tiempo - I

Desde la antigüedad, cada época ha tenido un patrón de belleza diferente. A través del tiempo hay cambios, coincidencias y diferencias.


Históricamente, la belleza ha sido una preocupación no sólo de las mujeres sino también de los hombres. Los filósofos de todos los tiempos han reflexionado sobre la belleza. Los escritores y los poetas la describieron. Pintores y escultores han dejado plasmados en sus obras los modelos de belleza de sus épocas. La Mona Lisa o la Venus de Milo son los ejemplos paradigmáticos de dos épocas: el Renacimiento y la Grecia Antigua.

Por cierto, más allá del innegable valor artístico, las mujeres reflejadas en esas obras tienen poco o nada que ver con lo que hoy pensamos que es belleza. ¿Cómo evolucionó el concepto de belleza? ¿Qué parámetros se mantienen? ¿Cuáles son los factores que hacen que las curvas y redondeces hayan dejado el lugar a las líneas cada vez más finas? ¿Cómo infuyen los medios de comunicación en la conformación de un estereotipo de belleza?

En esta serie de notas abordaremos las características de la belleza femenina en diferentes épocas de la historia pasada y reciente, según los usos, las modas y las miradas de los artistas.

Foto: Venus de Milo, fragmento
Fuente: Wikipedia

Peelings químicos y enzimáticos

Productos y tratamientos para una renovación celular progresiva y controlada.

Los peelings químicos se realizan aplicando distintos ácidos o enzimas sobre la piel. Los ácidos son moléculas compuestas por un ordenamiento de oxígeno e hidrógeno que le confieren una disponibilidad electrónica capaz de interactuar con las uniones entre células. Al aplicarlos sobre la piel se produce un debilitamiento de esas uniones celulares que hace que las células caigan. Las enzimas, en cambio, son proteínas que pueden digerir las uniones celulares para que la capa más superficial de la piel se desprenda.

El efecto de la acción de los ácidos y enzimas es el desprendimiento de la piel de una manera limitada y controlada. Eso produce una respuesta de reparación que propicia la renovación celular y la aparición de una piel nueva y sana.

Entre los productos que se utilizan con mayor frecuencia para realizar peelings químicos encontramos los alfahidroxiácidos, los betahidroxiácidos, el ácido mandélico y las enzimas derivadas de la papaya. Los alfahidroxiácidos –glicólico, láctico, ácidos frutales, pirúvico– producen una exfoliación en láminas, reducen el espesor de la capa córnea y favorecen el depósito de sustancias de sostén sin evidencia de proceso inflamatorio.

Pueden aplicarse en distintas concentraciones según la sensibilidad de la piel y la condición que se quiera mejorar. Se indican para mejorar manchas, secuelas de acné, envejecimiento facial, arrugas finas y lesiones solares.

Los betahidroxiácidos –ácido salicílico– se utilizan para aumentar la exfoliación de la capa córnea. Son ideales para pieles con acné, aun en etapas inflamatorias, y en tratamientos contra el envejecimiento facial y las manchas.

El ácido mandélico es un novedoso alfahidroxiácido derivado de las almendras amargas. Comparte las características de los alfa y de los betahidroxiácidos, por eso, puede ser utilizado tanto en renovación de la piel como en acné. Es muy poco irritante y deja un notable brillo en la piel tratada.    

El peeling enzimático se realiza con enzimas derivadas de frutos tropicales, sobre todo de la papaya. Como no son ácidos, no irritan la piel y producen una renovación suave, ideal para pieles sensibles.

Antes de realizarte un peeling es necesario un diagnóstico profesional a fin de que el producto indicado sea el más adecuado para el tipo y condición de tu piel.